De las vías romanas a las fortalezas normandas: una semana de historia inspirada en Civilization VII

Tu aventura comienza en los paisajes bañados por el sol de Sicilia, una isla llena de tesoros arqueológicos que datan del Imperio romano y antes incluso. Sicilia posee una historia vibrante que sin duda cautivará a los viajeros.

• Viaja en el tiempo hasta el siglo V a. C. en el Valle de los Templos de Agrigento, uno de los yacimientos arqueológicos más grandes de Europa, que conserva los restos de siete templos griegos. 
• Visita el teatro griego de Siracusa, ubicado en lo alto de una colina con vistas a la ciudad. Este antiguo teatro bien conservado ofrece vistas panorámicas del paisaje circundante y acoge actuaciones todos los veranos. 
• Explora las bulliciosas calles de Catania con sus anfiteatros romanos y arquitectura barroca, como la impresionante Piazza del Duomo y la singular Fuente del Elefante (un emblema de la ciudad).

Simultáneamente moderno y lleno de historia, el corazón del Imperio romano puede experimentarse como un museo viviente que ofrece una visión de la vida tal como era hace cientos de años.

• Sumérgete en la antigua vida romana mientras te maravillas con la escala del Coliseo, el anfiteatro conservado más grande del mundo, e imagina que participas en los animados debates que una vez tuvieron lugar en el Foro Romano. 
• Contempla de cerca la grandiosidad de la antigua Roma en la Villa Adriana, un ornamentado complejo de villas en las afueras de Roma. Villa Adriana, que data del siglo II, cuenta con más de 30 edificios rodeados de baños, jardines, pabellones, fuentes e intrincadas esculturas. 
• Súbete al tren para una excursión de un día a Pompeya: contempla las villas romanas, los baños y el anfiteatro conservados mientras aprendes cómo sucedió la erupción del imponente Monte Vesubio que dejó a esta ciudad congelada en el tiempo.

Explora Liguria, la histórica provincia romana donde floreció Génova como un centro vital del comercio y la cultura. Aunque pocas estructuras romanas han resistido el paso del tiempo, los visitantes aún pueden seguir las raíces antiguas de la ciudad visitando el Acueducto Histórico, un testimonio del ingenio romano que una vez moldeó esta bulliciosa ciudad portuaria.

• Pasa un día en Boccadasse, un antiguo pueblo de pescadores en Génova. Salpicado de casas de colores pastel con contraventanas verdes, escaleras de piedra y barcos de pesca que se mecen con las olas del mar junto a una pequeña playa de guijarros, una visita a este pueblo reconforta el alma. 
• Después de tomar el sol, acomódate en una «trattoria» y date un capricho con las especialidades locales, como el pesto genovés, los «pansotti» (un tipo de pasta rellena) con salsa de nueces y una porción de tarta Sacripantina.

Niza, una ciudad costera impresionante que atrae a los viajeros durante todo el año, no solo es un refugio para quienes buscan sol, sino también un destino fascinante para las personas amantes de la historia. La ciudad, que en su momento albergó a Cemenelum, un destacado puesto militar romano que ahora es parte de la moderna Niza, ofrece una perspectiva única sobre la influencia romana en Francia.

• Visita Cimiez, un barrio de Niza que antiguamente se llamaba Cemenelum. Situadas en una colina, las ruinas romanas de Cimiez incluyen los restos de un anfiteatro, baños y una basílica paleocristiana.
• Dirígete al mercado diario en Cours Saleya en el casco antiguo de Niza, donde encontrarás impresionantes arreglos florales, productos frescos locales y panes artesanales. Dependiendo del día, también podrás encontrar tesoros únicos, como artesanía hecha a mano, joyas y antigüedades.

Nimes y sus alrededores albergan algunos de los monumentos romanos mejor conservados fuera de Italia. A lo largo de los siglos, estos sitios han pasado de ser refugios a espacios residenciales y lugares para eventos, manteniendo su importancia histórica.

• En el trayecto de Niza a Nimes, detente en Arles, una ciudad conocida por sus ruinas romanas y por haber inspirado al pintor holandés Vincent van Gogh durante su estancia allí. Sigue los pasos del artista mientras exploras la ciudad, desde el Espacio Van Gogh hasta la Plaza del Foro y las orillas del río Ródano.
• Descubre el patrimonio romano de Nimes, comenzando por la magnífica Arena de Nîmes, un anfiteatro bien conservado que hoy en día acoge conciertos y eventos. El anfiteatro fue utilizado en su momento como fortaleza y más tarde se transformó en una ciudad amurallada con casas hasta su restauración en el siglo XIX. 
• Camina a través del antiguo acueducto del puente del Gard, una maravilla de la ingeniería romana del siglo I que cruza el río Gardon. El entorno pintoresco lo convierte en el lugar ideal para un picnic junto al río.

Caen, en el norte de Francia, fue un lugar destacado del Imperio normando, vinculado a Guillermo el Conquistador y un rico patrimonio medieval.

• Recorre la abadía de Saint-Étienne de Caen, un antiguo monasterio benedictino fundado por Guillermo el Conquistador que alberga su tumba y muestra la arquitectura románica por excelencia. 
• Explora el castillo de Caen, una imponente fortaleza con un foso seco alrededor. Pasa una tarde en los museos del complejo que detallan la historia de los normandos y la vida medieval. 
• Pasea por el centro histórico de Caen, salpicado de encantadoras casas con entramado de madera, pintorescas plazas y mercados locales que ofrecen delicias normandas.

Descubre Londres a través de sus influencias normandas, desde la Torre de Londres hasta la Abadía de Westminster. En el siglo XI, el Imperio normando construyó tres fortalezas en Londres para demostrar su dominio sobre la ciudad. Hoy, solo queda un castillo de este tipo.

• Visita el castillo de la Torre Blanca en la Torre de Londres, construido por Guillermo el Conquistador a lo largo del río Támesis para proteger la presencia del Imperio normando en Inglaterra. Una vez dentro del castillo, no te pierdas la Capilla Románica de San Juan, que fue en su momento un lugar de culto privado para la realeza normanda. 
• Pasea por la Abadía de Westminster y admira una historia que abarca milenios. A lo largo de los años, la abadía ha sido sede de las coronaciones de varios reyes y reinas, una tradición iniciada por Guillermo el Conquistador, quien se cree que fue el primer rey coronado en la Abadía de Westminster. 
• Dirígete a Southwark, el lugar más lejano que alcanzó Guillermo el Conquistador en su marcha hacia Londres en octubre de 1066. Toma un tentempié en Borough Market y, si eres amante del teatro, asiste a una representación en Shakespeare's Globe.

Después de explorar Londres, sumérgete en la historia del Imperio normando en Inglaterra con una excursión de un día a York. Con sus impresionantes páramos, su costa de la era jurásica y sus murallas romanas, esta ciudad tiene mucho que ofrecer a las personas amantes de la naturaleza, a las entusiastas de la historia e incluso a las aficionadas a la ficción fantástica.

• Visita la torre de Clifford, el torreón que queda del castillo normando de York, que pasó de ser un castillo de mota a un tribunal, y luego a una prisión hasta principios del siglo XX. Los antiguos terrenos del castillo albergan ahora el Museo del Castillo de York. 
• Admira la catedral de York, un impresionante templo gótico construida¡o en el sitio de una catedral de estilo normando durante el siglo XI. Después, explora el pasado vikingo y el patrimonio prenormando de la ciudad en el Centro Vikingo Jorvik. 
• Relájate en uno de los cafés de Shambles, una calle comercial medieval con edificios con entramado de madera que alguna vez albergaron establos propiedad de la nobleza normanda. Fans de Harry Potter, atención: muchos creen que esta calle fue la inspiración para el callejón Diagon.